MOSTRARSE EN LA ESPESURA


Las visiones cromáticas de Cuco Morales


Los bosques de Cuco Morales están poblados de múltiples resonancias sensibles. Percibe, con una sabiduría intuitiva, el ánimo vital de los bosques, que se presentan tanto como refugio como escenario. Cada árbol, lejos de esconderse en la espesura, se expone, expresa sensualidad, espiritualidad, alegría, deseo. Su trabajo minucioso se destaca particularmente en la diversidad de formas de las hojas que le otorgan a cada árbol una personalidad en particular.


La trayectoria individual de Cuco tiene un antes y un después con su exposición Canto de Wakas realizada en 1991, en la galería de la Alianza Francesa. Muestra que marcó su retorno al circuito expositivo luego de ocho años de retiro en la costa norte peruana, en cuyos paisajes halló una parte importante de su interés creativo: las huacas*. Este elemento protagónico en sus primeros paisajes desérticos, se irá poblando por bosques cada vez más extensos que adoptan la forma de los cerros y colinas, para dar lugar al protagonismo de árboles solitarios o en grupo sobre cielos de distintos colores, como se puede observar en esta exposición que reúne su obra pictórica.


La transgresión en el uso de los colores tiene su poder más lúdico en los cielos que testimonian el transcurso del día y su efecto pasajero en todo el ambiente. La luz como elemento vital de la naturaleza resplandece en cada elemento con el rigor de cada color que el artista le impregna. Si bien la obra de Cuco activa conexiones con paisajes oníricos y místicos, un punto de interés no menos importante para el artista es señalar la resistencia de la naturaleza y nuestro vínculo con ella a través de visiones cromáticas, sobre todo, en un escenario que transformó las formas de mirar, producto de la globalización que se expandió en la era de internet a inicios de este siglo.


Del quechua “wak´a” (o guaca), término o concepto del universo andino para referirse a un lugar u objeto de origen sagrado. El concepto está asociado a espacios geográficos como cerros, montañas o lagunas, edificaciones de adobe del periodo preincaico e Inca, así como a seres vivos. En Lima convivimos hoy, en medio de construcciones actuales, con 431 huacas.